Manos sabias que trabajan con la ilusión de elaborar sus propios vinos y así, poner en valor su legado. Un sueño latente de la familia García Figuero que cobra vida en el año 2001, con la creación de su bodega, convirtiéndose esta en una creciente realidad que pone de manifiesto nuestro saber hacer.
Dejar hacer
Confiar en que todo va a salir bien. Un sentimiento de optimismo y confianza en la naturaleza que impregna el día a día de nuestra bodega.
Un carácter forjado por esa alegría de la primera vendimia, que se ve reflejado en Jean François Hébrar y Óscar Rodriguez, nuestros enólogos.
El tiempo, la espera...
Una bodega para mantener vivo un legado.
Enoturismo
Acércate a nuestro día a día a través de nuestras actividades de enoturismo. En las que tratamos de hacer palpable lo efímero, sacarle aromas al paisaje, darle un sorbo al esfuerzo diario.